Elecciones alemanas: voto doble, por correo y sin máquinas

Elecciones Federales en Alemania, 24 de septiembre 2017. Crédito: Reuters

El Bundestag (Parlamento alemán) es elegido en la democracia representativa de la República Federal de Alemania por todos los ciudadanos mayores de 18 años en una elección libre, igual, directa, secreta y no obligatoria. Pero ¿qué es lo que hace seguro al sistema alemán? A diferencia del caso venezolano, en Alemania los ciudadanos confían en las instituciones que controlan el sistema electoral, especialmente en el parlamento y los órganos de los estados federados que funcionan de forma descentralizada, hasta el punto de votar por correo

Más de 46,97 millones de alemanes –de los 61,5 millones esperados (equivalente al 76,2% de participación)– acudieron a las urnas el pasado domingo 24 de septiembre para decidir el futuro político de su país tras elegir a 709 diputados para el 19 período legislativo del Parlamento. De los 42 partidos que se presentaron a las elecciones, el partido de la actual canciller Angela Merkel, la Unión Cristianodemócrata (CDU), ganó junto a su hermanada Unión Socialcristiana (CSU) los comicios por cuarta vez consecutiva con alrededor del 33% de los votos –correspondiéndole una asignación provisional de 246 escaños–, manteniéndose como primera fuerza parlamentaria después de 12 años frente al poder que, sin embargo, se vio debilitada frente a la votación del partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD): por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial, un partido de extrema derecha llegó al Parlamento, posicionándose como el tercero más votado.
Ese día, las escuelas, centros municipales y otros recintos estuvieron abiertos para votar entre las 8:00 de la mañana y las 6:00 de la tarde. Sin embargo, no todos los electores tienen que asistir a los centros ese día. La modalidad de voto por correo (también conocido como voto postal o voto anticipado) se ha hecho cada vez más popular –preferido por alrededor del 30% de la población–, permitiendo a los ciudadanos votar fuera de su distrito electoral al acudir a la sede de su autoridad electoral local unos días antes o enviar su decisión por carta. Este mecanismo se instaló como una fórmula excepcional en 1957 para garantizar el acceso al sufragio a quienes tenían la movilidad limitada, pero se ha hecho una práctica habitual, para la que el ciudadano debe hacer una solicitud previamente.

Elecciones Federales en Alemania, 24 de septiembre 2017. Crédito: Reuters

¿Cómo funciona el sistema electoral alemán?

El sistema electoral mixto alemán ha servido de modelo para otras naciones, entre ellas Venezuela, y sus elementos están recogidos en la Ley Electoral Federal (Bundeswahlgesetz). Se trata de un sistema de representación proporcional personalizado (RPP), cuyo funcionamiento está diseñado para garantizar que el número de escaños asignados sea similar al porcentaje de votos obtenidos y forzar a los partidos a pactar para alcanzar la gobernabilidad. Una de sus mayores ventajas es la relación entre electores-representantes y el peso del voto, intentando que sea esencialmente igual entre los habitantes de cada distrito.

Doble voto, doble papeleta

El modo de repartición de los escaños en el Bundestag –como se conoce a la cámara baja del parlamento– se caracteriza por combinar el principio de proporcionalidad con elecciones de candidatos por nombre y apellido en distritos uninominales que rige para la mitad de los escaños. Así, cada cuatro años los ciudadanos de los 299 distritos del país acuden a las urnas para emitir dos votos independientes: en la casilla izquierda de la papeleta los electores escriben su “primer voto” para elegir de forma directa al diputado nominal de su distrito, mientras que en la casilla de la derecha emiten su “segundo voto” para escoger a un partido político que postula candidatos mediante listas cerradas en los 16 estados federados.
Este segundo voto es decisivo porque determina la cantidad de parlamentarios por organización política y, sobre todo, el partido que obtendrá el Ejecutivo, ergo, define el líder que asume el cargo de Canciller (equivalente al Jefe de Gobierno). Los escaños correspondientes a este segundo voto se reparten únicamente entre los partidos que obtengan un mínimo del 5% del “segundo voto” o tres mandatos directos por el “primer voto”, ambas cláusulas evitan la presencia de grupos muy minoritarios de forma proporcional.
El Bundestag es el encargado de decidir las leyes federales, elegir al Canciller de  Alemania y controlar el trabajo del gobierno, lo que significa que tiene mayores funciones que el Bundesrat o Consejo Federal, conocido como la Cámara Alta. Una de las particularidades del parlamento es que no tiene un número fijo de diputados, cuenta con un mínimo de 598 escaños a los que se pueden añadir asientos adicionales hasta alcanzar los 800 curules.

Elecciones Federales en Alemania, 24 de septiembre 2017. Crédito: Reuters

Asientos adicionales

Desde 2008 los diputados al Parlamento son asignados usando el método Sainte-Laguë que es un procedimiento matemático de distribución (a partir de la reforma a la Ley Electoral del 17 de marzo) que consiste en dividir el número total de votos entre cocientes impares (1, 3, 5, 7 y así sucesivamente). Se diferencia del que tradicionalmente se usa en Venezuela (método de D´Hondt) por utilizar cocientes sucesivos (1, 2, 3, 4, etcétera).
El número de mandatos directos es muy importante porque puede cambiar la distribución de escaños determinada por los segundos votos: si un partido obtiene más mandatos directos que los correspondientes a sus votos por lista, se generan mandatos excedentarios. Sin embargo, esta característica fue declarada inconstitucional por el Tribunal Constitucional Federal, generando la reforma de la ley electoral en 2013. Actualmente, si un partido obtiene más mandatos directos que los determinados por los segundos votos se conceden mandatos compensatorios a los otros partidos hasta que el número total de mandatos por partido (directos más por lista) refleje lo más fielmente posible la proporción de segundos votos obtenidos por cada partido.

  • Candidatos: Para las elecciones de 2017, el número de candidatos ascendió a 4.828, lo que supone 400 más que en los comicios del 2013. Sólo los partidos políticos que hayan sido representados con al menos cinco delegados en el Bundestag, en las últimas elecciones, podrán postular a sus propios candidatos. El resto de partidos tendrán que comunicar previamente a la Oficina Federal Electoral a sus postulados, en un plazo máximo de 90 días antes de la jornada electoral, dichos candidatos deberán haber sido aceptados previamente por la Comisión Electoral Federal. Además, a los candidatos se les permite competir simultáneamente en un distrito uninominal y en una lista de partido.
  • Circuitos electorales: La distribución de los distritos electorales uninominales debe hacerse en proporción a la población. Según el artículo 3 de la Ley Electoral Federal, al delinear los distritos electorales no debe haber una diferencia superior al 15% en el tamaño de los distritos electorales. Poco antes de cada elección al Bundestag se revisan los distritos uninominales y de existir una diferencia poblacional entre ellos superior al 25%, debe diseñarse una nueva subdivisión.

El mayor efecto que genera el sistema electoral alemán es la alta proporcionalidad entre votos y escaños. De esta forma, se promueve la creación de gobiernos de coalición considerados estables y legítimos por el electorado.

¿Quiénes cuentan los votos?

En Alemania, todo ciudadano que haya cumplido los 18 años puede inscribirse de forma voluntaria en su distrito para colaborar como ayudante en el proceso de votación, pero también les puede ser solicitado que cumplan con esa tarea, algo que solo pueden rechazar por razones comprobables, como lo exige el Servicio Electoral Obligatorio implementado en Venezuela.
Parte del trabajo de estos ayudantes electorales incluye verificar que las urnas están vacías al comienzo de los comicios, comprobar el permiso de sufragio que cada elector recibe previamente por correo y vigilar que los votantes no estén sometidos o sean presionados para votar por una opción en el lugar donde depositarán su boleta. Si, por ejemplo, los miembros de un determinado partido intentaran ganar un par de votos locales, estos ayudantes electorales deberían impedirlo. Exactamente a las  6:00 de la tarde, los ayudantes cierran los centros y cuentan los votos. Con esta figura se intenta evitar la manipulación de votos.

Elecciones Federales en Alemania, 24 de septiembre 2017. Crédito: Reuters

¿Quién administra o controla el sistema electoral?

En caso de presentarse una disputa electoral, ¿quién resolvería el conflicto?  En la nación  europea no existe una institución equivalente al Consejo Nacional Electoral venezolano, como poder independiente. De la resolución de controversias entre los contrincantes se encargan el Bundestag, a través de una Comisión de Verificación Electoral, que constituye la primera instancia para recibir y resolver posibles apelaciones sobre la validez de las elecciones generales; mientras que la segunda, y última, corresponde al Tribunal Constitucional Federal, que se encarga de resolver de forma definitiva las apelaciones.
Sin embargo, también existen procedimientos de control previo para la resolución de impugnaciones (al censo electoral, papeletas electorales, candidaturas directas o listas regionales), llevado a cabo por una serie de órganos. Conviene antes recordar que la configuración de Alemania como República Federal provoca que cada Land (estado federado) cuente con una normativa electoral que, aunque puede diferir en mayor o menor medida de la regulación central, suele inspirarse en la Ley Electoral Federal. Por ello, en comicios regionales, el Bundestag, carece de potestad para examinar la validez de aquéllas, correspondiendo tal función al parlamento regional respectivo (equivalente a los Consejos Legislativos en Venezuela).
El artículo 8 de la Ley Electoral Federal enumera los organismos electorales administrativos encargados de preparar y dirigir las elecciones, como también resolver las quejas e impugnaciones en materia electoral previas al evento, variando aquellos en función del objeto de la reclamación. Al frente de la supervisión de las elecciones federales se sitúa el Director Electoral Federal, designado por el Ministerio Federal del Interior, puesto que tradicionalmente suele ocuparlo el presidente de la Oficina Federal de Estadística. Con aquél cooperan los dieciséis directores electorales de los estados federales, los directores electorales de distrito, los presidentes de las mesas electorales y, por lo menos, un presidente electoral y un comité electoral para cada distrito electoral. Estos directores y presidentes son elegidos por el gobierno del estado.
En la resolución de las impugnaciones, en la cúspide se encuentra la Comisión Electoral Federal, compuesta, por un lado, por el mencionado Director Electoral Federal, que la preside, y otros ocho miembros del Bundestag, propuestos por la Cámara Baja. Pero, además de esos nueve integrantes se unen dos magistrados del Tribunal Federal Contencioso-Administrativo, que serán igualmente nombrados por el Director Electoral Federal a propuesta del presidente del tribunal. De esta forma, las reticencias ya apuntadas en relación con la capacidad del correspondiente ejecutivo para designar al Director Electoral Federal o al Director Electoral del Land quedan parcialmente neutralizadas con la presencia de dos jueces, contribuyendo en gran medida a reforzar la imparcialidad de los órganos de control electoral.
La designación de los vocales de los diferentes organismos electorales habrá de llevarse a cabo por los partidos políticos en un orden de prioridad que se corresponderá con los resultados obtenidos por ellos, en el ámbito territorial de que se trate, en las últimas elecciones generales. Los partidos políticos consideran beneficiosa su participación en esas comisiones, afirmando estar, en general, satisfechos con la actuación de la Administración electoral en los distintos niveles (tal y como lo describe la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa –OSCE, en su edición digital de 2013).
Básicamente, las diferencias principales con el sistema venezolano radican en la alta confianza que gozan las instituciones en el país anglosajón y en la autonomía municipal de cada estado.