Durante casi tres décadas, la elección de gobernadores y consejos legislativos se realizaron de forma conjunta, agrupadas en un evento electoral denominado “regionales”. Esa costumbre se rompió este 2017, cuando el Poder Electoral  convocó al electorado a sufragar exclusivamente por la máxima autoridad estadal, la razón por la que ya no debe llamarse de la misma forma.

Los venezolanos tenemos apenas 28 años eligiendo a los titulares del poder Ejecutivo a nivel estadal y municipal. Antes de 1989, los gobernadores eran designados directamente por el Presidente de la República como funcionarios de libre nombramiento y remoción, mientras que no existía la figura de alcalde (sus funciones eran asumidas por el Presidente del Concejo Municipal).

Desde las primeras elecciones ampliamente democráticas en 1946 hasta 1988, el sistema electoral venezolano permaneció básicamente igual, sufriendo apenas unas pequeñas variaciones. Los comicios se realizaban de forma simultánea para elegir a los representantes nacionales (presidente y legislativo nacional), regionales (asambleas legislativas estadales) y locales (concejos municipales); a excepción de los 10 años de dictadura de Marcos Pérez Jiménez, cuando la Asamblea Constituyente fue la encargada de nombrar todos los cargos de elección universal, directa y secreta. En la era democrática a los electores se les entregaban dos tarjetas por cada partido político, una grande para el Presidente de la República y una pequeña para elección de todos los cuerpos colegiados.

Una vez iniciado el proceso de descentralización política a finales de la década de los 80, comenzaron a realizarse simultáneamente las elecciones regionales y municipales para elegir a gobernadores, miembros de las entonces denominadas asambleas legislativas –hoy Consejos Legislativos–, alcaldes, concejales y juntas parroquiales, por un período de tres años con posibilidad de reelección inmediata una sola vez. Bajo esta reforma se llevaron a cabo tres comicios (1989, 1992 y 1995).

Tres años más tarde, el 8 de noviembre de 1998, el sistema volvió a ser reformado y el electorado acudió a las urnas para votar por los integrantes de las dos cámaras del Congreso Nacional (diputados y senadores), junto a las autoridades de los estados: gobernadores y diputados a las asambleas legislativas. Ese mismo año, el 6 de diciembre, se celebraron también los comicios presidenciales en los que obtuvo la victoria Hugo Chávez Frías. Fue la primera vez que estas elecciones se realizaban separadas de las parlamentarias –tras una reforma impulsada por Acción Democrática y Copei con el objetivo de reducir el llamado “efecto portaaviones”–, pues desde 1958 hasta 1993 el Congreso Nacional era elegido en la misma fecha que el presidente.

Pese a que en las “mega elecciones” del 2000 se eligieron al mismo tiempo los cargos de presidente, las regionales, municipales y parlamentarias; el sistema cambió y empezaron a realizarse simultáneamente las elecciones regionales (para gobernadores y consejos legislativos) y municipales (alcaldes y concejales) por dos períodos consecutivos (2004 y 2008). No fue sino a partir del 2012 que las regionales y municipales se separaron.
Lo relevante del resumen anterior es la revelación de que en 28 años de historia venezolana no se habían separado las elecciones de gobernadores y consejos legislativos, hasta este 2017, cuando el Consejo Nacional Electoral convocó  a los votantes a sufragar únicamente por la máxima autoridad de las 23 entidades federales, dejando de lado, para una fecha todavía no anunciada, la selección de los legisladores estadales por instrucción de la Asamblea Nacional Constituyente, electa el 30 de julio en condiciones irregulares.

Vea también: INFOGRAFÍA | La reubicación de los electores: una información útil
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Referencias bibliográficas:
García, C. (1° de marzo de 2017). ¿Cuál es el origen histórico de las elecciones de gobernadores y alcaldes?Prodavinci. Consultado en: http://prodavinci.com/2017/03/01/actualidad/cual-es-el-origen-historico-de-las-elecciones-de-gobernadores-y-alcaldes-por-carlos-garcia-soto/
Lucena, T. (2003). Las reformas del sistema electoral venezolano y sus consecuencias políticas: 1988-1998. Revista  ALCEU, v.3, N° 6, p. 245–265. Consultado en: http://revistaalceu.com.puc-rio.br/media/alceu_n6_Dossie%20Venezuela2.pdf
Molina, J. y Pérez, C. (1999). La democracia venezolana en una encrucijada: las elecciones nacionales y regionales de 1998. América Latina, Hoy. N° 21. Consultado en: http://www.redalyc.org/pdf/308/30802103.pdf