Junto con los comicios presidenciales, el mismo domingo 20 de mayo, tuvo lugar la elección de las Asambleas Legislativas correspondientes a cada uno de los estados del país. Un evento de mucha significación, referido a uno de los poderes institucionales que hace parte de la estructura política de un país como Venezuela, cuyo Estado es definido por la Constitución (artículo 4) como federal descentralizado y en el que (artículo 136) se indica que “El Poder Público se distribuye entre el Poder Municipal, el Poder Estadal y el Poder Nacional.”

Pero como cabía esperar, toda la atención pública se concentró en la elección del Presidente y, por ende, las de las Asambleas Legislativas paso casi totalmente desapercibida.

El Observatorio Electoral Venezolano (OEV) considera relevante y oportuno llamar la atención al respecto e, igualmente, señalar que, guardando las separaciones lógicas entre eventos de distinta naturaleza – entre otras cosas por las cantidad de cargos que suponen-, fue un proceso marcado por las mismas irregularidades para la elección presidencial, – a las que se suma la prohibición de la participación política, al limitar la inscripción de candidatos sólo a las organizaciones que postularon candidatos a presidente – , irregularidades que como ha reiterado el OEV, arrancaron desde el momento mismo en que fue anunciado y que culminaron con los resultados arrojados el día de las votaciones.

Dado lo anterior, el OEV considera que tampoco puede decirse que el proceso haya tenido lugar según lo mandan los cánones de la democracia, es decir, de manera transparente, equitativa y confiable. Y considera, por otro lado, que en este caso también se abonó a favor del escepticismo de los venezolanos respecto al voto y del agravamiento de la crisis política nacional.

OEV, 31 de mayo de 2018

Hace pocos días, durante un mitin efectuado en el estado Anzoátegui, el Presidente Nicolás Maduro declaró que “Todo el que tenga carnet de la patria tiene que votar, eso es dando y dando. Estoy pensando en darle un premio al pueblo de Venezuela que salga a votar ese día, con el carnet de la patria”. Y añadió: “Por la democracia, por la libertad, dando y dando: recibo mi derecho social al trabajo, al estudio, a la pensión, pero yo le doy a la patria mi voto”.

Sin el menor pudor político, el Presidente Maduro ha repetido lo mismo, palabras más palabras menos, en otros lugares y momentos. Se trata de una estrategia electoral explícita, ideada con el propósito de presionar al elector a través de medidas políticas clientelares, que vinculan la obtención de ciertos beneficios – principalmente los CLAPS y diversos bonos económicos –, a la condición de respaldar con el voto la opción oficialista. Tal estrategia toma forma, de manera muy relevante, instando a emplear el Carnet de la Patria – que no es legalmente requerido para votar –, con el fin de ejercer presión política sobre el elector, acción claramente incompatible con la libertad, la igualdad, la transparencia y confiabilidad que deben caracterizar a los procesos electorales. Ante todo lo señalado resulta muy ruidoso el silencio del árbitro electoral con relación a esta estrategia.

El Observatorio Electoral Venezolano (OEV) considera que al decir lo que dijo, el Presidente empaña aún más un proceso electoral marcado desde sus inicios por numerosas irregularidades de distinta índole y contribuye a generar más dudas sobre los resultados del 20 de mayo, lo que, según ha sido señalado por diversos sectores e instituciones, dentro y fuera del país, no es una buena noticia de cara a la grave situación que experimenta Venezuela. Y, lo más grave de todo es que su Dando y Dando contraría el espíritu democrático y degrada al ciudadano,

OEV, MAYO 2018